Consejos para elegir chimenea

Foto Consejos para elegir chimenea

Consejos para elegir chimenea

 

Las chimeneas para calefacción utilizan generalemente combustible natural, como leña o pellets, para generar el calor necesario para calentar una estancia o incluso una vivienda entera. Las chimeneas tradicionales no sólo aportan un valor ecológico al calor sino que también resultan muy decorativas, aportando un estilo desde rústico tradicional hasta moderno o vanguardista, según el modelo de chimenea instalado. Y es que más allá de la tradicional de combustión de leña abierta, el mercado de las chimeneas y las estufas se ha desarrollado sobremanera y ofrece una gran variedad de instalaciones y diseños que se adaptan perfectamente a las necesidades de las personas que apuestan por una forma diferente de calefactar su hogar.

 

 

Chimenea tradicional

La chimenea para calefacción tradicional es una chimenea con hogar abierto, que produce calor principalmente de forma radiante y se inspira en su concepción e imagen en los modelos tradicionales.

Funciona principalmente por radiación térmica: una parte del calor producido por la combustión se propaga a la habitación directamente o por reflejo de la base y las paredes. Las paredes, oportunamente moldeadas y construidas con materiales especiales refractarios tienen la capacidad de almacenar una determinada cantidad de calor, que devuelven al ambiente incluso cuando el fuego está apagado.

Ya que la parte más abundante del calor, en forma de aire caliente, se pierde con los humos, este tipo de aparato tiene un rendimiento que raramente supera el 20%. 
Las chimeneas tradicionales se utilizan sobre todo por personas que dan a la chimenea un papel simbólico, de imagen o ambiente. 
Están formadas por un simple hogar abierto (que sobresale o está empotrado en la pared), con una campana encima, una toma de aire y un adecuado sistema de regulación del tiro. Se producen con una amplia gama de revestimientos, de cualquier estilo y tipo de material.

Chimenea ventilada

La chimenea ventilada es una chimenea con hogar abierto, que une a la producción de calor de forma radiante una significativa producción de aire caliente a través de especiales intercambiadores de calor. Mantiene el aspecto, el tamaño y la estructura de base de la chimenea abierta tradicional, a la que se han integrado soluciones especiales para el calentamiento del aire.

En la base y en el fondo del hogar se hacen unas ranuras o se aplican unas planchas de fundición a cámara, en las que el aire, aspirado desde el interior o desde el exterior, circula calentándose al contacto con las paredes de la misma ranura y sale hacia el local desde unas pequeñas aberturas colocadas en diferentes puntos del aparato o en puntos adyacentes.

Con este tipo de aparato se pueden lograr rendimientos mucho más grandes que con los de tipo abierto tradicional y se pueden calentar habitaciones enteras con un consumo de leña limitado.
Existen modelos con circulación natural y con circulación forzada. En el segundo caso, se necesita la instalación de un ventilador para aumentar la difusión y la cantidad de aire caliente.

Muchas empresas ofrecen esta chimenea como modelo base, al que se pueden aplicar, incluso después de la instalación, varios dispositivos (ventilador, etc.) para mejorar o ampliar sus prestaciones. Los modelos se pueden instalar incluso empotrados.

 

 

Chimenea empotrada

La chimenea empotrada, llamada también recuperadora de calor, es un tipo de chimenea con fuego cerrado con puerta de cristal sin revestimiento, apta para ser colocada dentro del hogar de chimeneas ya existentes (tradicionales o ventiladas), de las que puede aumentar su rendimiento incluso 3-4 veces. Un entramado de tubos distribuye el calor por toda la vivienda, por lo que su instalación requiere realizar una importante obra para canalizar el calor, lo que hace que no sea muy recomendable salvo en vivienda nueva.   El altísimo rendimiento (incluso de más del 70%), la gran autonomía y la elevada potencia térmica, hacen de este aparato una máquina realmente eficaz, incluso en los modelos de tamaño pequeño.

Representa la solución ideal para la potenciación de chimeneas tradicionales abiertas en casas de campo y en pisos principales o secundarios, en los que puede satisfacer las exigencias de calefacción de uno o más locales. Además, puede utilizarse incluso para la cocción de alimentos.
Consta de un bastidor contenedor de acero, revestido internamente con planchas de fundición o material cerámico refractario para la acumulación del calor y cerrado frontalmente con una puerta de cristal cerámico, que se puede abrir.

El aire a calentar es aspirado por uno o dos ventiladores, a través de las tomas de aire colocadas en la base (en el caso de aire externo) o en el frente (en el caso de aire interno) del aparato.
El aire, entrando en contacto con las planchas de fundición, se calienta y es difundido en la habitación a través de las pequeñas aberturas superiores, o canalizado a las habitaciones adyacentes a través de canalizaciones aisladas.

En este último caso, cuando sólo se utiliza aire interno, conviene equipar las puertas de los locales calentados con rejillas para el retorno del aire hacia el hogar.
Con pomos especiales se puede regular la combustión y variar la cantidad de aire de entrada en el local.
En los modelos más avanzados, el giro de aire interno del hogar está estudiado para obtener la combustión secundaria y una limpieza continua de la puerta de cristal desde el interior.

Para una correcta instalación hay que dejar una ranura de aire entre las paredes del hogar y el revestimiento del aparato; la hendidura resultante en el frente del hogar tiene que cerrarse con un marco de metal perforado. Para limitar las dispersiones de calor el techo del antiguo hogar tiene que ser aislado con un panel aislante.
El acoplamiento a la chimenea se realiza introduciendo en ésta un tramo de tubo metálico, teniendo cuidado de no obstruir las hendiduras debidas a la posible diferencia de diámetro entre las dos cañerías, con un reborde para evitar el retorno de residuos de la combustión al aparato y en el ambiente interno.


Consejos para el buen funcionamiento de la chimenea

1.La toma de aire comburente tiene que estar conectada con el exterior o con un local más aireado, para permitir el constante recambio de oxigeno en el ambiente, una perfecta combustión de la leña y por consiguiente una mayor producción de calor.

2. Para conectar la chimenea deben utilizarse enlaces con una inclinación no superior a 45 grados (30 grados sería la inclinación óptima), sin estrechamientos ni esquinas internas.

3. También el enlace entre la campana y el canal principal debe tener una inclinación constante (máx. 45 grados) y no tener ni esquinas ni estrechamientos.

4. Los enlaces han que ser de acero y aluminio. El acero aluminato, por sus características térmicas, ofrece una fácil instalación y las mejores garantías de resistencia a la corrosión. Hay que evitar tubos encrespados internamente.


5. Para obtener un tiro perfecto hace falta una chimenea libre de obstáculos, como puedan serlo estrechamientos, desviaciones u obstrucciones. Las desviaciones que eventualmente deban realizarse, se producirán cerca del extremo de la chimenea.


6. Se aconseja la utilización de chimeneas con material refractario con pared lisa, siendo preferibles las de sección circular. La sección de la chimenea tendrá que ser adecuada a las exigencias de la chimenea y mantenerse constante en toda su altura: cuanto más alta es la chimenea mejor será el tiro. El acero galvanizado, el amianto-cemento y los tubos encrespados internamente son materiales que no deben emplearse en la construcción de la chimenea.


7. Cada chimenea o estufa ha de tener su propia chimenea independiente para evitar inconvenientes en el tiro. En caso de que haya más de una chimenea en el mismo tejado, se colocarán al menos a 2 metros unas de otras, y con un mínimo de 40 cm de diferencia de altura.


8. Para facilitar la dispersión de los humos, incluso con fuertes vientos horizontales, es preferible que los extremos de chimenea tengan perfiles a ala y la sección de la zona de paso de los humos sea salida lateral respecto a la sección de la chimenea.


9. Para evitar retornos de humo, la salida de la chimenea no debe que tener ningún obstáculo (árboles o edificios) en un radio de por lo menos 8 m. Además, el extremo de la chimenea ha de estar colocado a una altura de por lo menos un metro por encima del tejado.


10. La presencia de dos chimeneas en el mismo local o hueco de la escalera puede ser motivo de un deficiente funcionamiento de una chimenea. En estos casos, de hecho, se pueden crear fenómenos de depresión del aire y es oportuno realizar el cierre de las aberturas.

La importancia del conducto de humos

El conducto es el canal, generalmente metálico, por el que discurren los humos generados en la combustión desde el hogar hasta el exterior.

El calor producido por la combustión del combustible desarrolla encima del hogar una columna de aire caliente que, por su menor peso específico y, por tanto, por la diferencia de presión respecto al aire, crea una depresión que provoca un movimiento ascendente del humo.  Ya que el humo por efecto del combustible quemado contiene sustancias nocivas para el hombre (óxidos de nitrogéno, óxidos de azufre, óxidos de carbono), el conducto de la chimenea tiene la importantísima tarea de canalizarlo rápidamente y sin fugas hacia fuera y dispersarlo en la atmósfera sin peligros de reflujo o de contaminación.
Para que ésto suceda correctamente, es importante que el tiro de la chimenea, es decir, el hueco por donde se absorve el humo, esté correctamente instalado, de forma que también evite el descenso directo del aire frío del exterior

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